Una exploración tierna y compasiva de las experiencias compartidas que nos unen a todos, ya sean dulces, dolorosas o ambas.

En una mañana llena de posibilidades, un amable narrador reflexiona sobre todo lo que el día podría traer, desde el trabajo hasta el juego y todos los pequeños momentos intermedios, como observar las nubes y ver algo crecer. Desde pequeños comienzos, las páginas comienzan a insinuar los momentos más importantes de la vida: días tan duros que luchamos por soportarlos y otros que se sienten bien.

Luego, inevitablemente, el día se convierte en noche y, durante un tiempo, "todos somos sólo corazones que laten en la oscuridad". Este espacio tranquilo nos invita a estar plenamente presentes en el momento, sintiendo, conectados, "igual, pero exactamente diferente". A medida que un nuevo y brillante amanecer comienza de nuevo el ciclo, esa verdad es un pulso fuerte y constante bajo el bullicio de otra mañana ocupada.

En una historia que abarca los altibajos de la vida, Julie Fogliano combina magistralmente un texto lírico simple con temas muy matizados para crear una meditación tranquilizadora y esperanzadora sobre la solidaridad y la perseverancia. Ilustraciones en colores pastel y lápices de colores de Cátia Chien acompañan el conmovedor texto.

Nos recuerda que a través de todos los altibajos de la vida, siempre habrá luz después de la oscuridad y, lo más importante, nos tenemos unos a otros: estos otros corazones que palpitan.